¿Alguna vez te has preguntado qué tan difícil puede ser un día en la vida de un cajero? Desde lidiar con lo inesperado hasta gestionar lo mundano, echemos un vistazo más de cerca a los verdaderos desafíos detrás del mostrador.
- Clientes que rechazan el cambio pero nunca traen el cambio exacto para sus compras.
- Cuando una caja registradora funciona mal, acusar al cajero de doble cobro, a pesar de explicaciones y pruebas en contrario.
- Se esperaba que los cajeros fueran recepcionistas, empleados de almacén y conserjes, todo al mismo tiempo.
- Clientes que insisten en pagar con billetes dañados y pegados con cinta adhesiva cuando tienen otros mejores.
- Entrar en discusiones y lanzar insultos por pequeños cargos por bolsas de plástico.
- Que un cliente le pida que le entregue personalmente alimentos como arroz en su casa.
- Trabajar horas extras regularmente sin recibir ninguna compensación adicional.
- Tener descontados los salarios por cualquier discrepancia en la caja registradora, ya sea por encima o por debajo.
- Pasar horas contando manualmente grandes sumas de dinero durante el cierre porque el jefe no invierte en una máquina para contar dinero.
- Clientes que descaradamente se saltan la fila y luego actúan ofendidos cuando los llaman.
- Creadores de desorden que dejan su basura, como pañuelos usados o tazas de café vacías, en la caja.
- Intentar devolver artículos claramente usados o dañados y enojarse cuando se niegan.
- Clientes que intercambian etiquetas de precios furtivamente para obtener un precio más bajo y luego se hacen inocentes.
- Mantener la fila entablando largas conversaciones personales con el cajero.
- Clientes que explotan de rabia por inconvenientes menores como una línea de movimiento lento o un artículo agotado.
¿Has presenciado o experimentado otras cosas poco comunes como cajero? No dude en compartir sus historias y puntos de vista en la sección de comentarios a continuación.